martes, 19 de julio de 2011

Navaja y piel



Labios de machete, besos ignorantes, palabras de algodones, tus caricias me enloquecen. Mirada mentirosa, besos misteriosos, palabras rebuscadas, tus caricias me aniquilan. Labios de cereza, besos inteligentes, palabras fétidas, tus caricias me saturan. Mirada ingeniosa, frases armadas, labios de cadáver, caricias venenosas… Fuiste la navaja, yo la piel; la trola* de todos, y yo, tu mejor cliente. Fuiste: amor irónico, dolor esponjoso, odio reprimido, un polvo largo. Fuiste tanta angustia… Muchas veces te lloré, y digo muchas, para no decir siempre. Lloré porque te amé, porque te odié, porque encontré placer en el dolor; te lloré porque no eras amor, porque no te odiaba y, más aún, cuando te soñé en mi futuro… Labios mariposas, besos incrustados, palabras enfermizas, tus caricias me acobijan. Mirada sigilosa, besos esqueléticos, palabras suturadas, tus caricias me alquilan. Labios de almendras, besos emergentes, palabras intrépidas, tus caricias son usuras. Mirada ingeniosa, frases armadas, labios de cadáver, caricias venenosas… ¿Lo ves? No es el amor fingido, que me das, lo que necesito. Es el dolor para afirmar la farsa del amor. ¿Lo ves? No sos vos el que no quiere amarme, soy yo la que no desea ser amada… Labios de persona, besos de cachorro, palabras retorcidas, tus caricias me dan risa… ¿Lo ves? Sos mi objeto, y no a la inversa…

* Termino despectivo dirigido hacia el hombre.